sábado, 23 de julio de 2011

El sujeto tutelado

Ramon Casas: Garrot Vil (Barcelona, 1894)

"La cultura de masas miente o se equivoca sobre todo aquello que pueda tener un atisbo de interés. Y no se trata de una lamentable casualidad: esa es su función en tanto cultura de masas".
Guy Debord


“Hoy mismo comprobamos la inanidad de todos los proyectos de cambio de la sociedad y de mejora cualitativa del sujeto. Pretenden lograrlos sin referirse a la revolución. Sólo son activos en la medida en que engullidos por el poder operan a sus órdenes. El giro estatolátrico no significa nada más que eso. Es el cambio que ha habido en el estado español en los últimos 15 años por el cual el estado ha ido absorviendo movimientos, fuerzas y personas que hasta hace diez, quince años estaban en la resistencia. […].

El triunfo completo del estado ha de definirse en términos de lo que durante milenios ha sido lo definitivo de lo humano. En primer lugar la libertad que está colapsada, en segundo lugar la destrucción de la esencia concreta humana y en tercer lugar la liquidación de los valores de la civilización. Lo que era humano y definitorio de lo humano ahora está en periodo de desaparición. Por lo tanto la recuperación de lo humano no puede ser definida desde criterios reformadores porque hay un abismo cualitativo entre las metas y los medios. En concreto: por ejemplo, vivimos la extinción del pensamiento creador, porque hoy todo es propaganda. Vivimos en la era de la pérdida del lenguaje porque es la era de las multitudes mudas. Vivimos la desaparición de la sociabilidad porque es la era de la muchedumbre solitaria. Vivimos en el periodo del sujeto tutelado y dirigido desde la cuna a la tumba, porque es la era del ser nada, del mero objeto, es decir, del asalariado perfecto. Vivimos un desarrollo monstruoso de un aparato estatal que anula, aplasta y explota al individuo en el cual es obligatorio delegarlo todo.

Si hay un momento en el cual el estado gobierna y dirige a la sociedad y la sociedad es completamente inerme es el actual. Pero esto no es simplemente un hecho político sino que va más allá. Una vez que las cualidades y las funciones específicamente humanas no se ejercen porque el estado monopoliza el quehacer, lo que se está produciendo es la destrucción de lo que define la esencia humana. Se ha creado un sujeto que huye de la libertad y suspira por mayores niveles de opresión”.
Félix Rodrigo

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